La tierra de Lupe
La tierra de Lupe se encuentra en un rincón de Madrid. Por tanto escribo desde la España de los prejuicios de los arrogantes nuevos ricos y los nostálgicos de siempre; desde la España de las contradicciones, que lo mismo se echa masivamente a la calle para protestar contra la guerra de Irak, que arropa electoralmente a su engreido presidente (que una vez se creyó el ombligo del mundo porque el emperador le hizo carantoñas). Nací en este país y aprendí esta lengua que utilizo para comunicarme. Me gustaría sentirme un ciudadano del mundo (o al menos de Europa), pero estoy atado a unas raizes y costumbres, a las cuales no puedo renunciar pero de las que tampoco me siento especialmente orgulloso.
Lupe es nuestra gata. Compartimos con ella la mirada atónita y confusa cuando nos sentamos delante de la TV. Ella nos mira como buscando una explicación a lo absurdo de las imágenes que nos muestra la caja tonta, explicación que obviamente no podemos ofrecerle. Luego se pone a cazar moscas en la terraza o a jugar con un trozo de papel por el salón. En ese momento envidio su indiferencia.
Desde la tierra de Lupe, un saludo.
Lupe es nuestra gata. Compartimos con ella la mirada atónita y confusa cuando nos sentamos delante de la TV. Ella nos mira como buscando una explicación a lo absurdo de las imágenes que nos muestra la caja tonta, explicación que obviamente no podemos ofrecerle. Luego se pone a cazar moscas en la terraza o a jugar con un trozo de papel por el salón. En ese momento envidio su indiferencia.
Desde la tierra de Lupe, un saludo.